El arbitraje como garante del juego limpio y la protección en el deporte centra el clinic de árbitros de la Federación Canaria de Balonmano

Valsequillo acogió este sábado 28 de septiembre en el Centro Cívico el Clinic de Árbitros de la Federación Canaria de Balonmano, una jornada formativa y de reflexión enmarcada dentro del Proyecto “Ganar”, que reunió a árbitros y árbitras de toda Canarias para reforzar su papel como agentes clave en la promoción de la convivencia y la seguridad en las canchas.

La sesión contó con la participación de Miguel Tomé, psicólogo especializado en mediación, y Nandy Espino, árbitro nacional, quienes abordaron tanto los retos emocionales y sociales de la labor arbitral como las novedades técnicas de la normativa vigente.

Bajo el lema “Arbitraje de Balonmano: Construyendo Espacios 4P+”, Miguel Tomé expuso cómo la figura arbitral, además de ser garante del juego limpio, debe consolidarse como agente protector frente a situaciones de presión, insultos o conductas de riesgo. A través de talleres y dinámicas colaborativas, se trabajaron aspectos como:

  • El rol del árbitro como figura a proteger y protectora en el ámbito deportivo.
  • La identificación de conductas que afectan a la convivencia y la necesidad de actuar de manera preventiva.
  • La coordinación con delegados de campo, de equipo y responsables de instalaciones deportivas como piezas esenciales en la activación de protocolos.
  • El fomento de la dignidad arbitral, la mediación y la prevención de conflictos como pilares de entornos seguros.

Además, se presentó y trabajó de manera práctica el Protocolo de actuación para la protección de la infancia y la adolescencia en el ámbito deportivo en Canarias, fortaleciendo así las estrategias de prevención y la cultura del buen trato en las canchas.

Por su parte, Nandy Espino se centró en la actualización de las nuevas reglas de juego, aportando una visión práctica sobre su aplicación en la competición y resolviendo dudas de los equipos arbitrales.

Este clinic, impulsado por la Federación Canaria de Balonmano, refuerza la idea de que el balonmano, más allá de la competición, es un espacio educativo y de convivencia, donde árbitros y árbitras no solo aplican las reglas del juego, sino que también actúan como referentes para la protección de la infancia y la adolescencia, garantizando su derecho a disfrutar del deporte en un entorno seguro y de respeto.

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